11-06-2014
Wonderland de Radio 4
Salí de casa equipado con todo lo necesario para sentir la velocidad de mi vieja moto invisible: el casco, el mono de piel de una pieza, los guantes de cuero y las botas antideslizantes de media caña. Iba protegido de pies a cabeza, estaba listo para salir a la carretera. La tenía aparcada junto al coche, también invisible, así que le quité el candado, la desbloqueé y me subí en ella. Le di al pedal con fuerza dejando caer todo mi peso, varios movimientos de muñeca para darle gas y a rugir como un león. Pequeños placeres de la vida.
13-06-2014
LACTOSA
Mi madre me dijo que, según el médico, tenía alegría a la lactosa, y era bien cierto. Cada mañana, sin motivo alguno, sonreía de oreja a oreja mientras tomaba mi vaso de leche con galletas. Me duraba hasta subir al autobús y sentarme junto a Penelope. A su lado contenía mi euforia, pero seguía sonriendo por dentro, era un ángel. Y también era mi novia. La cogía de la mano y hablábamos (o no) durante el trayecto al colegio. Era feliz y estaba muy contento, por eso nunca entenderé que mi madre pasara a darme zumo de naranja en el desayuno.
16-06-2014
Esta noche te cuento
IV certamen de relato corto para mesilla de noche (…en el laberinto)
CALLES DEL OLVIDO
Para llegar al corazón del pueblo había que recorrer un laberinto de callejuelas que tenían vida propia. En unas llovía a cántaros, en otras arreciaba el viento, en las empedradas lucía el sol y en las empinadas -la mayoría-, además de una fina bruma con aroma a sal, se oían ruidos de voces que no permitían escuchar las mejores, las que guiaban. Reconocí la casa de mi infancia, la que me vio nacer, y estaba intacta, seguía recubierta con miles de conchas de la playa que yo mismo coloqué de pequeño. Era mi lugar, pero no lograba alcanzar la plaza donde confluían todas las arterias, donde latían mis recuerdos. En ese centro vivía la gente que salía en las postales, la que vestía de negro riguroso y siempre sonreía. Los más campechanos inventaban historias, dormían a la sombra de una parra y nunca bebían agua, siempre vino, y del porrón. Las del club del abanico, las chismosas, nunca se pinchaban los dedos porque llevaban dedal y tenían facilidad para arreglar el mundo. Me dejé guiar por una de aquellas voces y caminé con optimismo por una bonita calle que iba de bajada, pero empezó a granizar con furia. Estaba perdido.
17-06-2014
SUPERDOTADOS
Los que son muy inteligentes suelen hablar por los codos. Paradójicamente, durante su juventud se mantienen callados, reticentes, parecen verlo todo correcto, aún percibiendo su profundo enfado con la sociedad. En su etapa adulta se sueltan, su mente y su lengua se sincronizan, y conversar con ellos es asistir a una auténtica exhibición de conocimiento. Y es cierto, pero no te miran cuando les hablas e incluso aseguran que te escuchan. Solo se limitan a repetir las últimas palabras de lo que dices en tono interrogativo, como mostrando interés. «Estoy mal, hoy me tiraré por la ventana» «¿Por la ventana?»
18-06-2014
CABEZAS
En mi familia somos gente con cabeza, menos yo. Mi padre es un cabeza dura, el cabecilla, no tiene un pelo de tonto. Mi hermana, está en Babia, no levanta cabeza en los estudios por echarse un novio sin ella. Mi hermano es un cabeza de chorlito, pero el muy canalla la tiene bien amueblada, lo aprueba todo. Mi madre, la pobre, intenta mantener la cabeza fría para no comérsela y anular así los quebraderos que la deprimen. Yo, como he dicho, me parezco un poco al novio de mi hermana, no tengo ni pies ni cabeza. Un bicho raro.
19-06-2014
NUNCA MÁS
Una profunda curvatura en la espalda impedía al deforme jorobado mantener la posición erguida. Con su mirada dispuesta a ras de suelo dedicaba parte del tiempo a buscar monedas por la rambla y también a su gran pasión, contemplar los pies de los turistas. Repudiaba el calzado cerrado y anhelaba las chancletas de verano, estas no escondían lo sublime; grandes, pequeños, con juanetes, con las uñas pintadas, al estilo griego, egipcio o cuadrados, le gustaban todos. Pero un día, prendado por los de una joven, quiso levantar su mirada para verificar su belleza con la de su rostro. Nunca más.
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